El otro día mientras paseaba tranquilamente por mi ciudad me
topé con un individuo que vestía un suéter con la siguiente frase impresa: “Si
no te gusta la Guardia Civil, cuando tengas algún problema llama a tu puta
madre”. Querido desconocido (el primer adjetivo es debido al segundo) Creo que
te confundes o simplemente eres tonto sin más. En cualquier caso no está de más
aclararte el tema: si tengo un problema y necesito de la Guardia Civil, los
llamaré ergo ellos vendrán y cumplirán con su función, todo ello independientemente
de que sea partidario de dicho cuerpo o no, incluso aunque a los miembros de la
benemérita les caiga yo simpático o no, básicamente porque es su deber y mi
derecho y no al revés. Los funcionarios, y en especial los cuerpos de seguridad
del estado, están para servir a los ciudadanos independientemente de sus
creencias, etnia, tendencias políticas o religiosas, etc. Y es que por ello
cobran un sueldo, que les pagamos todos los españoles incluidos los que no
comulgan con dicho cuerpo, y por si no fuera poco los miembros de esta
institución han realizado un juramento por lo que consideran más sagrado a fin
de guardar y hacer guardar la constitución, por
lo cual el problema parece residir en que algunos no se dan cuenta de
que guardar lleva implícito: leer, conocer y respetar la constitución. Pero claro,
para un Facha no existe más ley que la de Dios y la de sus santos cojones.