La ultra derecha teje un discurso que le habla directamente
a nuestra fiera interior, al ente que habita en lo más profundo de nuestra
psiquis. Alguien dijo que unos días de hambre es lo único que separa nuestra
sociedad de la barbarie, quizás no sea cierto del todo, pero desde luego que no
iba mal encaminado, ya que nuestro cerebro está estructurado por capas, capas
que esconden el historial evolutivo que nos ha traído hasta lo que somos hoy en
día como especie, por lo que la refinación del gusto por el arte, la búsqueda
de la espiritualidad, el afán por la relaciones complejas… todo ello puede
quedar enmudecido en un instante, cuando nuestro yo más profundo y primitivo
despierta, normalmente debido al miedo, la rabia, la supervivencia, o una
mezcla de las tres. Sea como sea nuestra tendencia primaria es ser fascistas,
defender a la manada del diferente, desconfiar y ser cruel para sobrevivir,
como hace cualquier animal y en especial los mamíferos. (Si alguien cree que
esto no es así, quizás debería leer un poco más, ver de vez en cuando algún
documental de vida animal o simplemente observar el comportamiento de los
animales domésticos)
Thomas Jefferson dijo: “el precio de la Libertad es la
eterna vigilancia”. Él se refería a la necesidad de estar siempre atentos a que
los derechos ganados no se perviertan o pierdan, que la obligación del
ciudadano no es sólo elegir a buenos gobernantes, sino estar siempre pendientes
de que éstos cumplen sus promesas y de que la sociedad avanza en la dirección
correcta. Pues bien, yo creo que este concepto puede y debe ser también
aplicado en la vigilancia constante de no dejarnos llevar por nuestros
instintos más básicos. Esta lucha siempre fue necesaria, a lo largo de la
historia, pero hoy en día se vuelve más necesaria, debido a la post-verdad, que
apela a nuestras pasiones e instintos, manipulando la información y faltando a
la verdad, todo ello a favor de una derecha rejuvenecida y maquillada que
intenta hacernos creer que no es lo que es, usando términos como Neo-liberales,
y hablándonos de centrismo como si tal cosa pudiera existir.
El ser humano también cuenta entre sus instintos básicos con
la empatía o el cariño, entre otras cualidades positivas, pero no son estos
instintos a los que me refiero en el texto, sino a los que surgen como reacción
ante Miedo, rabia y supervivencia.
Si queremos un futuro de igualdad, de justicia social, no sólo
para nosotros sino para las generaciones venideras, debemos estar siempre
vigilantes de no convertirnos en Mr Hyde.