Me resulta curioso comprobar como mucha gente cree en las más variadas conspiraciones, es decir, desconfían sistemáticamente de todo tipo de
versiones oficiales, vengan de donde vengan, pero sin embargo creen ciegamente
en la veracidad de programas televisivos tales cómo: Quien quiere casarse con
mi hijo, Desafío Everest, Padres lejanos, Sex academy, etc. Incluso parece
irritar el hecho de poner en tela de juicio la veracidad de estos programas, en
realidad ello es sólo un ejemplo de como suele molestar, incomodar, exacerbar,
e incluso en algunos casos, violentar, el que se cuestione la veracidad de algo
en lo que uno cree, desde luego en este caso los extremos se tocan, yo por mi
parte creo que el razonamiento debe ser nuestra vara de medir y el punto medio
nuestro mapa para relacionarnos con la realidad y no perecer en el intento.
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