miércoles, 21 de febrero de 2018

Información




Una de las principales diferencias entre nosotros y los animales no racionales es, sin duda, la capacidad de organizarnos e intercambiar información compleja. Una manada de lobos se organiza para atacar a su presa, pero lo hace a través del instinto, no es que se reúnan compartan información y tracen un plan adaptado al clima, la presa y las características propias de la manada, es pura evolución, transmitida de generación en generación por el ADN, eso hace que la forma de cazar de los lobos apenas si ha cambiado en miles de años.  el proceso evolutivo es muy lento, sin embargo el ser humano logra avances increíblemente rápidos debido a la maravillosa capacidad de compartir información compleja, pongamos el ejemplo de un coche: un aparato tremendamente complicado que con lleva miles de estratos de conocimiento humano para conformar algo tan intrincado, de hecho, imaginemos que le mostramos un video de un coche en movimiento a una tribu muy primitiva y les pedimos que fabriquen uno de cero aportándoles todas las materias primas para ello, por supuesto que no podrán hacerlo, como mucho, si no conocen la rueda, el video les permitirá descubrirla, es decir, solo entenderán el funcionamiento del invento más básico de todos los que unidos forman un coche moderno. Y es que nadie inventó un coche partiendo de cero, sino que es el resultado de la suma del conocimiento de miles de personas a lo largo de muchos años, pero nada de ello  llegaría a buen puerto sin el pegamento que une y relaciona a todos esos inventores, la información, el intercambio de ideas, conceptos, costumbres, inventos etc. Es lo que hace diferente a nuestra especie y lo que nos ha permitido escribir la Divina Comedia, pintar La Mona Lisa, o construir la catedra de Notre Dame. En la antigüedad este flujo de información contaba con dos vías de gran valor: La ruta de la seda y la ruta del incienso,  hoy en día las nuevas tecnologías nos permiten tener acceso a toda la información del conocimiento humano, con tan solo tener conexión a internet, algo impensable apenas hace unos años, este hecho permite acercar las herramientas necesarias a quien sabrá qué hacer con ellas, además de impregnar a la gente de costumbres e ideas distintas a las que forman parte del arraigo social y cultural del lugar donde viven, esto es un arma de doble filo, ya que, por una parte puede aportar a la gente un punto de vista distinto de la realidad a la que habitualmente se da en el lugar donde vive (imaginemos una mujer árabe oprimida que descubre, gracias a internet, que en otras partes del mundo las mujeres tienen los mismos derechos que el hombre, esto le podría suponer un cambio radical de su forma de entender su entorno) pero por otro lado corremos el riesgo del empobrecimiento de la diversidad cultural  al globalizarse  los gustos y las costumbres, perdiéndose las propias del lugar, sin duda es un juego peligroso, pero  si somos conscientes del impacto de la globalización y logramos canalizar su potencial para enriquecer las culturas de los pueblos y no lo contrario, creo que valdrá la pena el riesgo, ya que nunca antes tuvimos la posibilidad de compartir tanta información y de forma tan rápida. El tiempo dirá si los resultados son positivos, pero al menos a mí me resulta un futuro esperanzador y apasionante.

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