Cuando la motivación deja de ser el medio, la herramienta, la ayuda para convertirse en el fin es que algo está mal en la sociedad, la constancia el esfuerzo, la perseverancia deben ser la base, la motivación, un simple complemento cuando nos puede el cansancio o el desaliento, pero nunca debe ser el motor principal, es decir hacer las cosas sólo cuando uno está motivado es un error enorme y propiciar este pensamiento es llevar a la gente a una búsqueda constante de estímulos, como si la meta fuera estar motivado constantemente (algo por cierto imposible), pongamos un ejemplo: Te planteas correr una maratón, planificas tus entrenamientos, descansos y alimentación, todo lo necesarios para llegada la fecha poder conseguir terminar con garantías la carrera, si durante el periodo de entrenamiento puntualmente notas que la monotonía te va lastrando hasta el punto de sentir que se te hace muy difícil proseguir, es entonces cuando necesitas buscar una motivación especial para retomar el ritmo de los entrenamientos, sin embargo, si cada día tienes que buscar motivación para entrenar, algo está fallando, piensa en los padres y madres que diariamente tienen que preparar los alimentos de sus hijos, imagina que sólo lo hicieran cuando están motivados, y el día que no, pues sus hijos no comen, lo mismo es aplicable a casi todo en la vida, si invertimos el orden de importancia entre la constancia y la motivación estaremos irremediablemente abocados al fracaso.
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