Tienes la necesidad de que otras personas te aprecien y
admiren, y sin embargo eres crítico contigo mismo. Aunque tienes algunas
debilidades en tu personalidad, generalmente eres capaz de compensarlas. Tienes
una considerable capacidad sin usar que no has aprovechado. Disciplinado y
controlado hacia afuera, tiendes a ser preocupado e inseguro por dentro. A
veces tienes serias dudas sobre si has obrado bien o tomado las decisiones
correctas. Prefieres una cierta cantidad de cambios y variedad y te sientes defraudado
cuando te ves rodeado de restricciones y limitaciones. También estás orgulloso
de ser un pensador independiente; y de no aceptar las afirmaciones de los otros
sin pruebas suficientes. Pero encuentras poco sabio el ser muy franco en
revelarte a los otros. A veces eres extrovertido, afable, y sociable, mientras
que otras veces eres introvertido, precavido y reservado. Algunas de tus
aspiraciones tienden a ser bastante irrealistas.
Si piensas que el texto de arriba te describe, siento
decirte que es culpa del efecto Forer *, muchos lo conocerán pero no está de
más recordarlo, ya que es el truco con el cual estafan a la gente.
En 1948, el psicólogo Bertram R. Forer dio a sus estudiantes
un test de personalidad, y luego les dio un análisis de su personalidad,
supuestamente basado en los resultados del test. Invitó a cada uno de ellos a
evaluar el análisis en una escala de 0 (muy pobre) a 5 (excelente) según se
aplicara a ellos: el promedio fue de 4,26. Luego les reveló que a cada
estudiante se le había provisto del mismo análisis.
* El efecto Forer (también llamado falacia de validación
personal o el efecto Barnum, por P. T. Barnum) es la observación de que los
individuos darán aprobación de alta precisión a descripciones de su
personalidad que supuestamente han sido realizadas específicamente para ellos,
pero que en realidad son generales y suficientemente vagas como para poder ser
aplicadas a un amplio espectro de gente.