martes, 5 de junio de 2012

Las, los (maldita @)



A alguien se le ocurrió la curiosa idea de utilizar la arroba para referirse a femenino y masculino, hasta aquí nada que objetar, más que lo que ya he apuntado, es decir que me resulta un invento curioso, el problema viene cuando lees un texto en voz alta y tienes que recurrir al ellos, ellas, los, las, todos, todas, etc. Es entonces  cuando aparece el verdadero problema, un texto corto se alarga y se vuelve tedioso, no solo para quien lo oye, sino también para quien lo lee, ¿Entonces, por qué parece haberse puesto de moda en algunos círculos supuestamente progresistas, qué es lo que aporta al lenguaje? Vamos por partes, quienes apoyan esta fórmula, alegan que el lenguaje es machista y que ese “pequeño” cambio es un granito de arena hacia la igualdad, ¿O, debería poner iguald@d, ya que la palabra es femenina, pero se refiere a todos, todas? ¿Si escribo igualdad, el término es menos igualitario, que si escribo, iguald@d? el castellano tiene un origen machista, pero no sólo machista, sino racista, fascista y todo lo retrogrado que uno se pueda imaginar, ya que nuestra lengua es muy antigua, con lo cual la pregunta es: ¿Si usamos un lenguaje que tiene sus orígenes en el machismo, es propiciar el machismo? Y mi respuesta es: Por supuesto que no, las palabras tienen el sentido que la gente les dé, ejemplo de ello es: Cuando los homosexuales se llaman entre ellos maricón, dudo mucho que alguien piense que se están insultando, las palabras por supuesto que tienen un significado, pero la intención con la que se dicen, puede hacer que éste cambie, y en España deberíamos saberlo bien, ya que se utilizan de forma afectiva muchos insultos. Hijos de parejas homosexuales utilizan expresiones de origen machista y no por ello lo son, podría alargarme con ejemplos hasta el infinito, pero no creo que sea necesario, sólo dos apuntes más: primero, dejar constancia de que no he utilizado argumentos  de índole gramatical, que los hay y muchos, eso lo dejo para los expertos, que desde luego yo no lo soy, y segundo: que si a alguien le preocupa el significado de las palabras y no el uso que de ellas se hace, que piense un poco antes de decir, si es que lo hace,: me cago en la leche. 
Y así con esa inquietante imagen mental los dejo a todos, todas hasta la próxima.

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