La población mundial es de unos 7.324.782.000
de habitantes, y el crecimiento es de 1,6% anual aproximadamente, lo que
equivale a más de 80 millones de habitantes más cada año, una tasa tan alta de
crecimiento nunca se había dado en la historia de la humanidad, salvo en las
últimas décadas y varios son los factores que han permitido que el crecimiento
sea positivo y continuado: el acceso a medicamentos y médicos, el control
sanitario de los alimentos, así como la posibilidad de conservarlos de forma
salubre, la no existencia de pandemias, y el no haber guerras de alta
intensidad, entre otros factores, sin
duda positivos, pero que lamentablemente tienen consecuencias negativas, ya que
nuestro instinto como especie nos empuja a reproducirnos y por mucho que
hagamos un uso responsable de los recursos con una tasa tan alta de crecimiento
llegará un momento en que sea totalmente insostenible nuestro planeta. Pienso
que es un problema, que la humanidad debería atajar desde ya, antes de que sea
irreversible, no me gusta ser catastrofista, porque además la humanidad de
forma progresiva suele encontrar soluciones a grandes problemas, pero me temo
que quizás esta vez la cosa no sea tan fácil, en este caso no propondré ninguna
posible solución, entiendo que es un problema complejo, pero sí me apetecía
plantear el tema y poner los datos sobre la mesa. Dicho queda.
viernes, 31 de julio de 2015
lunes, 27 de julio de 2015
Legado
“Cruz perro maldito, el perro se vaya a la cueva” decía mi
madre, que lo aprendió de la suya que a su vez lo aprendió de su madre, y así
sucesivamente. Esta frase siempre me fascinó, ya que intuía que existía algo oculto, algo antiguo, más de lo que podía entender
con un análisis rápido, era consciente de que antiguamente en España no se
nombraba al diablo, se utilizaban, sinónimos o metáforas para no escribir ni
pronunciar el nombre del maligno ya que se pensaba que el hacerlo lo atraía, así
que llamarlo perro, y usar una cueva como metáfora del infierno parecían una interpretación válida y suficiente para dicha
frase, pero a pesar de ello, siempre tuve en mi mente aquellas palabras, como
un galimatías aun por descifrar (al menos para mí). Hasta que un día al conocer
la leyenda de los Tibicenas entendí todo. Los Tibicenas eran, según la mitología
guanche, los esbirros de Guayota, el demonio que habita en Echeide (el Teide),
y que salieron del volcán durante el tiempo de oscuridad en que Guayota
secuestró a Magec (dios de la luz y el sol), pero que al volver la luz, tras la
liberación de Magec, gracias a la intervención de Achamán (dios del cielo), se
vieron perdidos y sin forma de volver al interior de Echeide, con lo cual se refugiaron
en cuevas, y dichos demonios, los Tibicenas tomaban forma de enormes perros
negros. Pues bien, finalmente tal y como sospeché desde un principio aquella
frase que repetían mis antepasados guardaba más información de la que aparentaba
y resulta un ejemplo enorme de como la cultura castellana, en este caso el cristianismo
(cruz). Se fundió con las creencias de los aborígenes canarios (el perro se
vaya a la cueva) y cómo dicha unión ha perdurado en el tiempo a través del
habla canario.
La perpetuación de las costumbres, los dialectos, las
lenguas, y la culturas, propias y particulares de cada pueblo, no es sólo
importante para dichas poblaciones en sí, si no para el conjunto de la humanidad,
gran parte de mi fascinación por viajar reside en conocer diferentes culturas,
diferentes formas de entender la vida y de vivirla, todo ello me enriquece y me
hace crecer como persona, no debemos permitir que la globalización y nuestra
indiferencia prive a las próximas generaciones de un tesoro tan importante, conservemos
el legado de nuestros pueblos.
miércoles, 22 de julio de 2015
Cuestión de derechos
Ya
hace 10 años desde que se aprobó el matrimonio igualitario, y a pesar del
tiempo que ha transcurrido, todavía hay gente que sigue sin entender algunas
cosas, así que me he animado a escribir este artículo para aclarar algunos temas,
pero empecemos por lo más básico: ¿qué es el matrimonio? Pues bien, el matrimonio no es sólo una cosa
sino dos, según se realice: por lo civil o por lo religioso, yo sólo me voy a
referir a la parte civil, ya que la religiosa sólo debe interesar a aquellos
que pertenezcan a dicha religión, sea cual sea ésta, pero el matrimonio civil si
nos incumbe a todos los ciudadanos de un país y se puede definir como: La unión conyugal que crea un vínculo entre dos
personas con derechos y obligaciones legales.
Así que el contraer matrimonio no es un derecho en sí, pero, si la posibilidad
de hacerlo ya que te da acceso a ciertos derechos y obligaciones que de otra
manera no podrías tener, con lo cual el que personas del mismo sexo no pudieran
casarse no era una cuestión baladí, sino una grieta enorme en uno de los
pilares básicos de la democracia.
Constitución española, artículo 14: Los españoles son
iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón
de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o
circunstancia personal o social.
Declaración Universal de derechos humanos, artículo 1:
Todos los seres humanos nacen libres e
iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia,
deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.
Bien,
pues si a la vista de la constitución y la declaración universal de derechos
humanos (firmada por España) queda meridianamente claro que el privar a
personas de la posibilidad de contraer matrimonio es tratarlos como ciudadanos
de segunda y por lo tanto contravenir los principios básicos de la democracia, ¿por
qué se tarda tanto en solventar tan penoso asunto?, la respuesta debemos
buscarla en la unión entre iglesia y estado, que existió durante el
largo y doloroso periodo de dictadura en España y que condicionó durante
décadas el pensamiento del español de a pie, ignorando que el estado español es
aconfesional, es decir, las leyes no pueden ser influenciadas por creencias
religiosas, como por ejemplo, que personas del mismo sexo mantengan una
relación de pareja es una aberración y por lo tanto no pueden ser un
matrimonio, y que en el mejor de los casos la unión de esas personas debería
llamarse de otra manera, pues no señores, las leyes no se rigen por la religión,
sino por los textos democráticos que arriba he nombrado, y que dejan claro que
todos debemos tener los mismos derechos, e insisto, las normas que pongan en
sus clubes privados (iglesias) es otra cosa, en un país democrático por encima
de la constitución no existe ninguna otra norma, (eso no quiere decir que esta
sea sagrada y no se pueda modificar, pero ese es otro tema, que dejaré para
otro momento) le pese a quien le pese.
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