miércoles, 22 de julio de 2015

Cuestión de derechos




Ya hace 10 años desde que se aprobó el matrimonio igualitario, y a pesar del tiempo que ha transcurrido, todavía hay gente que sigue sin entender algunas cosas, así que me he animado a escribir este artículo para aclarar algunos temas, pero empecemos por lo más básico: ¿qué es el matrimonio?  Pues bien, el matrimonio no es sólo una cosa sino dos, según se realice: por lo civil o por lo religioso, yo sólo me voy a referir a la parte civil, ya que la religiosa sólo debe interesar a aquellos que pertenezcan a dicha religión, sea cual sea ésta, pero el matrimonio civil si nos incumbe a todos los ciudadanos de un país y se puede definir como: La unión conyugal que crea un vínculo entre dos personas con derechos y obligaciones legales. Así que el contraer matrimonio no es un derecho en sí, pero, si la posibilidad de hacerlo ya que te da acceso a ciertos derechos y obligaciones que de otra manera no podrías tener, con lo cual el que personas del mismo sexo no pudieran casarse no era una cuestión baladí, sino una grieta enorme en uno de los pilares básicos de la democracia.

Constitución española, artículo 14: Los españoles son iguales ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social.

Declaración Universal de derechos humanos, artículo 1: Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.

Bien, pues si a la vista de la constitución y la declaración universal de derechos humanos (firmada por España) queda meridianamente claro que el privar a personas de la posibilidad de contraer matrimonio es tratarlos como ciudadanos de segunda y por lo tanto contravenir los principios básicos de la democracia, ¿por qué se tarda tanto en solventar tan penoso asunto?, la respuesta debemos buscarla en la unión  entre iglesia y estado, que existió durante el largo y doloroso periodo de dictadura en España y que condicionó durante décadas el pensamiento del español de a pie, ignorando que el estado español es aconfesional, es decir, las leyes no pueden ser influenciadas por creencias religiosas, como por ejemplo, que personas del mismo sexo mantengan una relación de pareja es una aberración y por lo tanto no pueden ser un matrimonio, y que en el mejor de los casos la unión de esas personas debería llamarse de otra manera, pues no señores, las leyes no se rigen por la religión, sino por los textos democráticos que arriba he nombrado, y que dejan claro que todos debemos tener los mismos derechos, e insisto, las normas que pongan en sus clubes privados (iglesias) es otra cosa, en un país democrático por encima de la constitución no existe ninguna otra norma, (eso no quiere decir que esta sea sagrada y no se pueda modificar, pero ese es otro tema, que dejaré para otro momento) le pese a quien le pese.

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