Las intenciones independentistas de algunos y el sentimiento nacionalista de muchos en Cataluña ha traído como efecto colateral el cuestionamiento de los deportistas nacidos en dicha comunidad autónoma y que forman parte de alguna de las muchas selecciones nacionales y por supuesto en especial la de fútbol, el deporte rey de España y que tantas pasiones levanta en nuestro país. Pues bien entre tanto revuelo se pueden oír perlas como: “Si no se sienten españoles no deben jugar con España”, frase que por cierto he escuchado mucho no sólo en la televisión si no en la calle, no voy a entrar en explicar la diferencia entre lo que es ser legalmente ciudadano de pleno derecho de un país y el sentimiento de nacionalidad, puesto que ya me explayé explicándolo en otra entrada de este blog, pero sí intentaré recordarle a todos aquellos que alguna vez pronunciaron esas palabras, que en las muchas selecciones nacionales participan personas no nacidas en España y que incluso no se han criado aquí, con lo cual probablemente no se sientan españoles, relevante es el caso acaecido en las olimpiadas de Barcelona 92 cuando España se dedicó a ofrecer el oro y el moro a todo aquel atleta de alto nivel que se nacionalizara español para participar en dichas olimpiadas, practica por cierto común entre los anfitriones de olimpiadas en el mundo, y bien, no vi a nadie decir que no valían las medallas conseguidas por dichos atletas, o quizás cuando se repite la susodicha frase sólo se refieren a los catalanes y no ha jugadores como Diego Costa que si pueden jugar con la selección, ¿alguien cree que Diego Costa se siente español? Quizás alguno en este momento esté pensando que la solución es sólo jugar con nacidos en España, vale ¿pero también valdrían los hijos de emigrantes o no?, o ¿necesitan tener 8 apellidos españoles? Y si después de todo se nos cuela un rojo, masón, que a pesar de haber nacido en España tener un millón de apellidos castizos le importa un pepino los nacionalismos, la bandera, el himno y la familia real, cómo podríamos hacer para que este tipo de gentuza como era Nicolás Estévanez que escribió: Mi patria no es el mundo; mi patria no es Europa; mi patria es de un almendro la dulce, fresca, inolvidable sombra. ¿Qué podemos hacer? Alguien debería inventar un detector de no patriotas, y así sabríamos que nuestros deportistas dan todo su esfuerzo y más en la cancha ya que por todos es sabido que no existen patriotas egoístas que piensen en su carrera antes que en la patria, ni existen patriotas vagos, ni poco trabajadores ¿No?
Y digo yo, quizás exista otra opción frente a todo este caos
sin sentido y es el entender de qué vivimos en el siglo XXI en un mundo globalizado
y que los deportes son sólo un juego que divierte más si uno está emotivamente
comprometido con uno de los equipos que se enfrentan, y que lo único que
debemos exigir a nuestros deportistas es que se ganen el sueldo y rindan en el
campo como profesionales y como tal un compromiso, ya que representan a un gran
colectivo de personas que viven con pasión y emoción sus éxitos o fracasos exactamente igual que pasa con los clubes de
fútbol por ejemplo, eso y por supuesto que paguen sus impuestos en España, no
como pasa con algunos de nuestros insignes representantes, véase el caso de:
Nadal o Arantxa Sánchez Vicario, por poner solo dos ejemplos de deportistas
españoles, españoles de verdad que luego tienen su residencia fuera de España
para no tributar en nuestro país, eso sí que es patriotismo y lo demás son
boberías.
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