La vida no es en blanco y negro, buenos y malos, feo y bonito, etc. Eso es solo una simplificación para entendernos, promovida por múltiples intereses, haciéndonos ver la cosas a través de un filtro falso que no nos deja disfrutar de delicados y sutiles placeres que nos aporta estar vivos, como por ejemplo: El amor desgarrado, la melancolía dulce, el estupor del caos, el asombro de lo impredecible, la delicada belleza primitiva del sufrimiento (obviamente no de todo el sufrimiento), en fin, la vida en estado puro.
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