miércoles, 13 de febrero de 2019

Libros


Le pregunté a una amiga si leía, y me respondió que sí, insistí ¿no contando los textos de internet? Pues en ese caso, poco o nada respondió, hecho que me preocupó al ver en su comportamiento un reflejo de la juventud actual. No es que en tiempos anteriores se leyera más, ya que técnicamente es probable que hoy en día se lea más, el problema reside en la falta de lectura compresiva, reflexiva y extensa, y es que a los ya resabidos atributos positivos que otorga la lectura a quien la realiza, debemos sumar por un lado los beneficios que da la lectura sosegada que nos aporta un libro, al mantener una historia con sus diferentes matices, y reflexiones, entrelazados por un hilo conductor, durante muchas horas de lectura, todo ello en un mundo en el que vivimos sobre estimulados y bombardeados constantemente de información, donde dedicarle días, incluso semanas, llenas de horas de concentración en una historia, reflexión, tema, etc. Según sea el contenido del libro, es no solo algo excepcional, sino totalmente sano y recomendable, un antídoto ante el zapping mental que sufrimos a diario. Por otro lado nos permite tener una visión más completa de la realidad, entender que la verdad no se encuentra en un meme, que una buena frase es sólo el resumen, la puerta de un pensamiento más amplio y complejo, lo cual nos predispone a ser más críticos, reflexivos, así como a intentar tener la mayor cantidad de información sobre un hecho antes de opinar, algo desde luego muy necesario en una época, en que gracias a las redes sociales, todos somos, en mayor o menor medida, divulgadores de información.
Así que en resumidas cuentas, leamos libros, no vale con leer un par de textos de escasa líneas en internet, por muchos de ellos que leamos al día, tu cerebro lo agradecerá y el resto de la humanidad también

martes, 5 de febrero de 2019

Venezuela



VENEZUELA, posiblemente la palabra más repetida en los telediarios, mucha información, gran confusión, demasiados intereses, poca reflexión, y todo ello con la posibilidad de un final terrible. Pero, ¿qué pasa en realidad en la patria de Bolívar?, ¿existe algo más allá de Maduro-malo, Guaidó-bueno? Lamentablemente la realidad venezolana es mucho más compleja y delicada que la simple polaridad que se nos plantea. Por ejemplo: Se puede ser de izquierdas y estar en contra del régimen chavista, se puede creer que Guaidó no es la solución y no estar con Maduro.
Vayamos por partes, cuando Maduro crea una Asamblea Nacional constituyente, es decir duplica la Asamblea Nacional, por una parte está la elegida democráticamente en las urnas, y por otra la creada y controlada por Maduro, esta última se crea gracias al poder constituyente, que aparece en la constitución venezolana en al artículo 347, este poder permite crear dicha Asamblea por mandato popular, en este caso a través de un referéndum, ergo si es constitucional, tanto como es una jugada de Maduro para tener una Asamblea que él pueda controlar, ya que pervierte la función del poder constituyente que existe con el fin exclusivo de “crear un nuevo ordenamiento jurídico y redactar una nueva Constitución” y desde luego no suplir las funciones de una Asamblea electa, cosa que sin duda Maduro se pasa por el puente del triunfo, ya que la constituyente redacta y aprueba todo tipo de leyes, cumpliendo funciones que no le otorga la constitución. Frente a este comportamiento la Asamblea Nacional electa,  decide que Maduro no cumple sus funciones y se agarra al artículo 233 para considerar que existe una falta absoluta del presidente y así poder nombrar a un presidente provisional, el aplicar dicho artículo a pesar de ser un recurso valido es sin duda un despropósito desde varios puntos de vista, partiendo del hecho de considerar a Maduro en falta absoluta de sus funciones, una afirmación de poca o nula base jurídica. Por otro lado tenemos el hecho de que Guaidó no tiene forma de hacer real su cargo, ya que el control de los órganos del estado y en especial del ejército, lo tiene Maduro quien es el único que ostenta el poder real de presidente, quedando Guaidó a la espera de asumir el poder de su cargo simbólico, todo ello sin olvidar que el mismo artículo que utilizó la Asamblea electa para nombrarlo presidente, lo obliga a convocar elecciones en un plazo de treinta días.
Pues bien, ¿y ahora qué?, ¿cuáles son las opciones reales para Guaidó para poder gobernar? bueno existen algunas fórmulas pactadas y negociadas, pero de momento no parecen muy factibles, lamentablemente la más probable pasa por una acción armada, bien sea de forma interna (guerra civil) o de forma externa (invasión) en cualquier caso con un derrame de sangre y sufrimiento de la población civil, y en dicho caso la responsabilidad sería arrojada a la cara de los dos mandatarios, culpándose mutuamente, como si importara de quien es culpa y no tanto el dolor y la muerte inferida al pueblo, ojalá que todo esto termine de una forma pacífica, así lo deseo de corazón, pero cada día que pasa todo me lleva al recuerdo de, Angola, Irak, etc. No olvidemos que Venezuela es la mayor reserva de petróleo del mundo y esto es un factor importante en un conflicto que, en el momento en que Guaidó se auto declaró presidente, dejó de ser un problema interno del país a ser un problema de estrategia y política internacional.
Podría hablar de las últimas elecciones en Venezuela y sus circunstancia anómalas, pero no quiero enredar más, solo dejar claro  con los pequeños apuntes antes expuestos, que la situación en la tierra que me vio nacer es cada día más compleja y peligrosa, y que cuando los políticos en España la utilizan con fines electorales, están siendo rastreros y sucios además de estar tensando una situación cuyo precio es el sufrimiento de unos ciudadanos inocentes.
Así que les pido a todos los que lean este texto que por favor se informen mejor, que reflexionen más y que tengan en cuenta las posibles consecuencias de la crisis venezolana en la población, antes de opinar tan alegremente de lo que allá acontece, lo mismo le diría a los políticos de uno y otro lado, pero lo triste es que ya lo saben y poco les importa el pueblo, la democracia y la paz.