sábado, 27 de junio de 2020

Titulares




 Los titulares están bien, pero necesitan ser desarrollados en un artículo. Este concepto básico se va disolviendo como un terrón de azúcar en un lago, con una sociedad obsesionada con la inmediatez en donde mantener la concentración durante más de 8 segundos seguidos resulta un trabajo hercúleo, un terreno abonado para que triunfen los eslogan simples directos y en muchos casos populistas, las consignas simples cumplen una función importante: la de hacer llegar un mensaje directo, llamar la atención sobre un tema, hacer reflexionar, y en resumen, aspiran a ser el pasaje  que nos lleve a una reflexión más profunda. Sin este trance posterior, el titular carece de sentido y tiende a perder valor. Pongamos el ejemplo de los 60 con su revolución del amor libre, el flower power etc. Eslogan simples como “la guerra es mala, la paz buena”, pueden servir como toque de atención para hacernos reflexionar sobre una realidad compleja y el papel que cumplen las guerras, los intereses creados, la utilidad que tiene para una minoría, sustentada en el sufrimiento de los de abajo, etc. Pero quedarnos sólo con la consigna como medicina mágica capaz de solucionar el conflicto entre, por ejemplo: Israel y Palestina, es pensar que quienes sufren y participan de dicho conflicto son idiotas y prefieren la guerra,  no valorar los cientos de factores e intereses enraizados en un conflicto que se extiende a lo largo de décadas es un error supino. Creer que “el amor lo puede todo” es una frase positiva y que puede ayudar a tener una actitud más tolerante y una convivencia mejor, es una cosa y pensar que una frase bonita va a cambiar la situación precaria de millones de trabajadores en el mundo, es como pensar que la constitución sin leyes que lleven a la práctica sus artículos vale para algo, la constitución pone que todo ciudadano tiene derecho a una vivienda digna, y sin leyes que articulen dicha propuesta, no es más que papel mojado. Lo mismo con los eslóganes. La realidad es compleja y cada día más y no existen soluciones simples para problemas complejos.


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