La lógica fue y sigue siendo un mecanismo de supervivencia
muy útil, sin la lógica nunca hubiéramos sobrevivido en la selva, la deducción,
el razonamiento, nos permitieron acumular datos y darles sentido, para poder
saber por dónde era peligroso pasar, o que momento era mejor para la caza, etc.
Por lo tanto, el intentar encontrar patrones lógicos y repetitivos, siempre ha
sido útil, así La búsqueda de modelos lógicos, poco a poco va ganando en
porcentaje a el pensamiento mágico, con el cual convive en nuestra psiquis, en
una convivencia más estrecha de lo que en principio parece, ya que la búsqueda
de patrones es el motor de la ciencia y también del pensamiento mágico, la
firme creencia de que estos patrones existen es lo que hace al hombre dar
respuestas mágicas frente a hechos para
los cuales no tiene una respuesta, es decir en ausencia de un entendimiento de
los mecanismos físicos y químicos, solo nos quedan dos posibles respuestas: el
azar o la magia, y el hombre encuentra más lógica la magia, ya que responde al
esquema de acción reacción, de lo que no solemos darnos cuenta es de que existe
otra opción que es dar por hecho que aunque no tengamos una respuesta, ésta
debe de existir y por lo tanto debemos buscarla y que la magia no es una
respuesta lógica admisible por el simple hecho de no contar con otra respuesta.
El problema es que hoy en día la cosa se
ha complicado mucho más ya que, las fluctuaciones cuánticas, y la teoría del
caos, entre otros ejemplos, nos demuestran que la realidad tiene varias capas y
que las leyes básicas de la lógica no siempre son validas para entender lo que
es enormemente grande y enormemente pequeño, por lo tanto, la lógica no deja de ser nuestra
mejor herramienta para entender el universo, pero debemos empezar a entender
que la realidad es más compleja de lo que pensábamos y que para entenderla,
tenemos que empezar a estar abiertos a otras posibilidades más allá de la
lógica simple.
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