Nunca he sido gran amante de los musicales, al menos no de
los cinematográficos, a mí como a muchos, me resulta totalmente artificial,
fuera de lugar e incluso ridículo el hecho de que los personajes se pongan a
bailar y cantar con una música que sale de la nada y que produce un efecto
mágico en el resto de la gente que aparece en escena que también participan
coreográficamente. Supongo que todos nos hemos planteado lo absurdo e imposible
que resultaría una escena como esa en el mundo real, pues bien todos los que
pensábamos así estábamos totalmente equivocados, ya que ahora tenemos los flash
mob para darnos cuenta de nuestro craso error, no sólo no resulta absurdo ver a
gente bailando de forma sincronizada y totalmente fuera de lugar, sino que
emociona y sorprende a partes iguales, me he vuelto un fan de los musicales en
el mundo real, creo que esa mezcla de surrealismo y alegría que desatan los
flash mob musicales, no sólo son buenos para la sociedad sino necesarios para
la salud, solo hay que ver las caras y la actitud de las personas que tiene la
suerte de ser sorprendidas en un lugar público, por uno de estos flash mob, los
motivos de que emocionen tanto este tipo de actos son varios, por un lado está
la sorpresa, lo inesperado, lo que está fuera de lugar es, como bien saben los
eruditos del humor, siempre gracioso, luego tenemos el baile y la música que
funcionan como catalizador entre el público y los actores, y por último la
masa, al ser un grupo grande de gente quien baila coreográficamente, permite
que el individuo movido por su instinto de manada, deje por un instante de ser
un ente aislado para pasar a ser un miembro más de la manada, todos estos
factores producen en la pesona un efecto de catarsis altamente recomendado. O
dicho de otra manera ¡Que subidón!.
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