Una huelga general no es una solución directa frente a
ningún problema, las huelgas generales, para bien o para mal, cumplen un papel
muy importante en la lucha de poder entre los Sindicatos y la Patronal, piedra
angular de nuestra democracia, las huelgas generales suelen ser los miércoles
días de mayor producción industrial, dándole donde más le duele a la Patronal, en
el bolsillo, esta demostración de poder le permite a los sindicatos presionar a
la patronal y por consiguiente a los políticos para que se mejore o al menos no
se empeore las condiciones de los trabajadores, por otro lado el que la huelga
se acompañe de una manifestación, preferiblemente multitudinaria, es tan bien
una estrategia para efectuar presión directa sobre los políticos, ya que más
allá de el baile de cifras, ellos saben con certeza el numero de personas que
asisten a dichas manifestaciones y eso les sirve de baremo para ver la cantidad
de votos que pierden, punto débil de todo político ávido de poder, como
lamentablemente es la mayoría de los de este país. Por supuesto que lo antes
expuesto es solo una cuestión teórica y no se cumple estrictamente como lo he
expuesto, pero sin duda es uno de los métodos más sencillos que tenemos de presión
frente al gobierno, por su puesto existen otros y son puestos en marcha
constantemente: encierros, desobediencia civil, incluso actividades de tipo
artístico reivindicativos, entre otras muchas, pero todas con un seguimiento
minoritario, al menos si lo comparamos con una huelga general, lo cual creo que
nos lleva a pensar que a día de hoy las huelgas generales siguen siendo un
método útil y valido.
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