domingo, 22 de enero de 2012
La tierra prometida
Como si de un viajante en el tiempo se tratase he tenido el placer de ver como los colonos llegaban con sus carretas al nuevo oeste, con la promesa de una tierra virgen donde empezar de nuevo, donde empezar de cero, para crear nuevos pueblos, nuevas ciudades, nuevas leyes, una nueva sociedad con todo por definir, en un hermoso sueño utópico, libre, con lo que eso conlleva de bueno y de malo, un Quilombo (Me refiero al significado original de la palabra y no a la deformación, ya que ha pasado de ser una comuna de esclavos rebeldes, a ser un sinónimo de caos y fiesta, desprestigiando totalmente el término, una lástima por cierto) y en eso estaba esa nueva tierra prometida llamada Internet, hasta que el capital dijo basta, queremos un trozo mayor del pastel e imponer el orden del poder que rige en el mundo, en ese otro mundo virtual, para demostrar quien manda, y una vez más tengo yo y todos mis coetáneos el privilegio de asistir en vivo y en directo a lo que será una guerra histórica y que para mi alegría, la única que puede que en parte pierda el capital, ya que enfrentarse, a hackers como los que forman Anonymus es empezar otro Vietnam, es decir una lucha larga, dura y poco probable de ganar, ya que hablamos de software, no de muros físicos, son combinaciones de unos y ceros, que explotan con la combinación exacta de otros unos y ceros, y los grandes jóvenes expertos en programación están a favor de un internet libre, sería como intentar ganarle a Mac Gyber estando él dentro de un Leroy Merlin. Ojalá, no me equivoque y el sentido común triunfe, y que la última utopía sobreviva. Mientras acomódense en sus asientos que empieza una batalla épica por la libertad de Zion.
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