miércoles, 25 de enero de 2012
Tibios
El jueves 19 de Enero de 2012 muere Wilman Villar a causa de una huelga de hambre. Desde marzo de 2011 son ya 15 los tibetanos que se ha inmolado. El Magreb sufre una oleada de inmolaciones inspiradas en la revuelta de Túnez. Todos estos datos resultan sorprendentes en esta época de neo liberalismo, donde nos contaron que los ideales habían muerto, y quizás así sea, en los países desarrollados, me resulta difícil creer que este tipo de acciones en donde la gente se juega la vida por sus ideales, puedan darse en países aburguesados o quizás debería decir hamburguesados, ya que no solo el hecho de contar con una clase media burguesa tiene que ver con esa falta de interés por conductas tan radicales, sino también el esquema de vida made in USA, que subyace en el pensamiento de los países desarrollados, puede que esta influencia se más o menos visible en algunos individuos, en algunos entornos, en algunos países, pero subyace escondido en la psiquis social, como una forma de interpretar la realidad, por ello nuestra primera reacción ante actitudes como la de inmolarse, tan lejanas de los conceptos de vida americana, es la de rechazo y calificación de absurdo, pero ¿en verdad lo es, el llevar tu ideología a limites tan extremos? Hace 200 años la respuesta a esta pregunta sería otra en Europa. Sin entrar a valorar cada caso especifico y los verdaderos motivos que impulsan a una persona a poner en juego su vida, creo que es lícito y respetable la actitud de quien jamás lo haría como de quien lo hace, y no lo digo por ser políticamente correcto, que en este caso no procede, sino por el más profundo convencimiento de que la vida tiene el valor que uno le da con sus actos. La coherencia no da la felicidad pero ayuda mucho, quien crea que la ideología es un impedimento para la felicidad y haga de ello su ideología, solo le digo que luche por eso y sea coherente, como lo fueron los que no solo ahora sino a lo largo de la historia dieron su vida en pro de sus pensamientos.
Yo conozco tus obras, que ni eres frío, ni caliente. ¡Ojalá fueses frío, ó caliente! Mas porque eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca.
Apocalipsis 3:15-17
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