La gente piensa o más bien tiene la esperanza, de que en unos años saldremos de la crisis y todo volverá a estar como estába justo antes de la crisis. La primera afirmación es correcta, ninguna crisis es eterna y a pesar de que unos pocos se están enriqueciendo con la caída de los mercados, en algún momento, no muy lejano la economía se requilibrará, el capitalismo es así; llenar el vaso hasta que se desborda, vaciarlo y empezar de nuevo. Pero la segunda afirmación es totalmente improbable, a pesar de que como ya comenté, el capitalismo vive de alimentar sus errores, el famoso “más madera”. Lamentablemente el sistema no tiene en cuenta el desarrollo de las nuevas tecnologías, salvo para enriquecerse, claro está, la tecnología invade puestos de trabajo y este hecho que en principio podría ser positivo para los trabajadores, mejorando sus condiciones de trabajo, o recolocándolos en trabajos más cómodos, en general esto es lo que hasta nuestro tiempo en mayor medida a logrado la tecnología en los países desarrollados, pero en el presente nos enfrentamos a un escenario diferente que conlleva un salto tecnológico como nunca se ha visto en la humanidad, la velocidad de avances tecnológicos es vertiginoso y si a eso le sumas 7000 millones de habitantes, nos da un panorama nada halagüeño. Esto es una realidad palpable (como siempre, los ejemplos son referentes a Canarias, ya que es lo que conozco de primera mano) en La Laguna (Tenerife) se ha sustituido a trabajadores en la recogida de basuras por la mecanización del camión, pasando de 3 empleados por camión a sólo uno, el conductor. En Alcampo ya tienen cajas donde pagar de forma automática, y que decir de las ventajas que las empresas ponen a quienes compren por internet y la pregunta es: ¿En qué van a trabajar todas esas personas? La respuesta es un poco dura, ya que la mayoría no encontrará trabajo, salvo esporádicamente, y lo peor es que esta situación solo tiene visos de ir a peor con el paso del tiempo ya que la tecnología no se detiene y las ansias del hombre de amasar bienes tampoco. Así que mucho me temo que tendremos que regresar a modelos económicos familiares del pasado, en que uno de los miembros de la pareja trabajará, en este caso el mejor preparado, ya que los puestos de trabajo cada vez serán más cualificados, y el otro tendrá que aportar participando de una pequeña economía, basada en el trueque y pequeños trabajos puntuales. Nos va a tocar reinventar el pasado si no somos capaces de inventar otro futuro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario